El cerebro humano y la mente humana .

El cerebro humano es el órgano más voluminoso del encéfalo. Ocupa los sectores anterior y medio (superior) de la cavidad craneal. Su componente principal son los hemisferios y la corteza cerebral que recubre su superficie, derivados del prosencéfalo.[1]​ Los hemisferios del cerebro presentan formaciones más o menos evidentes llamadas lóbulo cerebral. Especialmente amplios son en el humano sus lóbulos frontales, que están asociados con funciones ejecutivas, tales como el autocontrol, la planificación, el razonamiento y el pensamiento abstracto.

El cerebro humano se encarga tanto de regular y mantener cada función vital del cuerpo, como de ser el órgano donde reside la mente y la conciencia del individuo.

Lateralidad

Ruta de cruzamiento de las vías motoras (flechas descendentes a la izquierda) en rojo.

Cada hemisferio del cerebro interactúa principalmente con una mitad del cuerpo, las conexiones se cruzan: el lado izquierdo del cerebro interactúa con el lado derecho del cuerpo, y viceversa. Las conexiones motoras desde el cerebro hasta la médula espinal, y las conexiones sensoriales desde la médula espinal hasta el cerebro, ambas cruzan la línea media al nivel del tronco encefálico.

La información visual sigue una regla más compleja. Debido a que cada mitad de la retina recibe la luz procedente de la mitad opuesta del campo visual, la consecuencia funcional es que la información visual desde el lado izquierdo del mundo va al lado derecho del cerebro, y viceversa. Así, el lado derecho del cerebro recibe información somatosensorial del lado izquierdo del cuerpo, e información visual del lado izquierdo del campo visual, una disposición que, presumiblemente, ayuda a la coordinación muscular visuo-motora.

El cuerpo calloso, un haz de nervios que conecta los dos hemisferios cerebrales, con los ventrículos laterales justo por debajo.

Los dos hemisferios cerebrales están conectados por un ramillete nervioso muy grande llamado el cuerpo calloso,[16]​ que cruza la línea media por encima del nivel del tálamo. Hay también dos conexiones muy pequeñas, la comisura anterior y la comisura del hipocampo, así como gran número de conexiones subcorticales que cruzan la línea media. Sin embargo, el cuerpo calloso es la avenida principal de comunicación entre los dos hemisferios. Él conecta cada punto de la corteza hasta su punto equivalente en el hemisferio opuesto, y también conecta a puntos relacionados funcionalmente en diferentes áreas corticales.

En muchos aspectos, los lados izquierdo y derecho del cerebro son simétricos en términos de función. Existen varias excepciones muy importantes, que implican el lenguaje y la cognición espacial. En la mayoría de las personas, el hemisferio izquierdo es «dominante» para el lenguaje: una lesión que dañe un área clave del lenguaje en el hemisferio izquierdo, puede dejar a la persona incapaz de hablar o entender el habla, mientras que un daño equivalente en el hemisferio derecho podría causar solo una ligera incapacidad en las habilidades del lenguaje.

Nuestra comprensión actual de las interacciones entre los dos hemisferios ha mejorado a partir del estudio de «pacientes con cerebro dividido», sometidas a la transección quirúrgica del cuerpo calloso. Estos pacientes en algunos casos pueden comportarse casi como dos personas diferentes en un mismo cuerpo, con la mano derecha realizando una acción y luego la mano izquierda deshaciéndola.

Que cada hemisferio se haya especializado en procesar la información de manera diferente es un beneficio que nos ha dado la evolución para poder estar a la altura del mundo complejo en que vivimos, que muchas veces demanda un procesamiento más lineal y secuencial, a cargo del hemisferio izquierdo, y otras un procesamiento más holístico y global, a cargo del hemisferio derecho.

Facundo Manes y Mateo Niro[16]

Cabe señalar que las diferencias entre hemisferios derecho e izquierdo son muy exageradas en gran parte de la literatura popular sobre este tema. La existencia de diferencias ha sido establecida sólidamente, pero muchos libros populares van mucho más allá de la evidencia en la atribución de características de personalidad o inteligencia a la dominancia del hemisferio derecho o izquierdo.[17]

https://es.m.wikipedia.org/wiki/Cerebro_humano

Desde una perspectiva filosófica idealista, lo que hace al cerebro especial en comparación con los otros órganos, es que forma la estructura física en donde se presenta el correlato material de las distintas actividades de la mente. Sin embargo, múltiples corrientes filosóficas contemporáneas descartan la idea de que exista una entidad no-material que ejerza causalidad sobre lo físico (si bien por otro lado está demostrado que la psicoterapia y evidentemente el ambiente influyen en nuestra conducta, cognición, etc. parece que no tiene ninguna posibilidad de ser demostrada la existencia de dicho tipo de entidad).

Durante las primeras etapas de la psicología, se creyó que la mente debía separarse del cerebro. Sin embargo, posteriormente, los científicos realizaron experimentos que llegaron a determinar que la mente era un componente en el funcionamiento cerebral, por la expresión de ciertos comportamientos basados en su medio ambiente externo y el desarrollo de su organismo.[7]​ Los mecanismos por los cuales la actividad cerebral da lugar a la conciencia y al pensamiento son muy difíciles de comprender: a pesar de los múltiples y rápidos avances científicos, mucho acerca de cómo funciona el cerebro sigue siendo un misterio. En la actualidad, las operaciones de las células cerebrales individuales son comprendidas con más detalle, pero la forma en que cooperan entre los conjuntos de millones ha sido muy difícil de descifrar. Asimismo, los enfoques más prometedores tratan el cerebro como una «computadora biológica», totalmente diferente en el mecanismo de las computadoras electrónicas, pero similar en el sentido que adquieren la información del mundo circundante, la almacenan y la procesan de múltiples formas.

En este artículo se comparan las propiedades de los cerebros de toda la gama de especies animales. Existe un artículo específico para el cerebro humano.

https://es.m.wikipedia.org/wiki/Cerebro

La mente es el conjunto de capacidades cognitivas (i.e., mentales) que engloban procesos como la percepción, el pensamiento, la conciencia, la memoriaimaginación, etc., algunas de las cuales son características del humano y otras son compartidas con otras formas de vida. La mente, este conjunto de procesos, debe ser diferenciado del estado mental, tal como el deseo, la sensación de dolor o las creencias, que son instancias, tipos o ejemplos de dichos procesos.[1]

En términos generales, se puede decir que la mente nace en el momento que hay una parte asignada en el cerebro que tiene el potencial de evaluar el desgaste general de las distintas regiones (lóbulo occipital), otorgar una prioridad con base en el menor coste emocional (lóbulo temporal) o ser capaz de razonar el proceso o por lo menos tener el potencial de hacerlo (lóbulo frontal).[cita requerida]

La mente induce comportamientos emocionales sujetos a la línea de menor sufrimiento o a la de libido (amígdala cerebral).[cita requerida] Por lo tanto, la naturaleza del cerebro y la prioridad de la mente, será encontrar una solución que aporte el mayor beneficio con el menor sufrimiento. El inconsciente marca el patrón conductual de todo ser que posea una mente y define la psiquis basándose en el desgaste emocional, que guarda relación con el desgaste energético. La parte consciente depende de la energía disponible, cuando nos evaluamos, hacemos una consulta inconsciente al subconsciente, rescatamos parte de esa información y damos una estimación sobre si podremos o no abordar una tarea. La pulsión o impulso aparece cuando existe un objetivo que estimamos bueno. El inconsciente y el consciente son diferentes niveles de influencias en los recursos emocionales-energéticos: El entorno y el cuerpo someten a la mente a constantes influencias; dependiendo del peso que tenga la influencia en el proceso de integración de la información en la mente, esta lo tratará como información de proceso y almacenamiento automático (inconsciente), como información de importancia relativa, dependiente de otros factores (preconsciente) o como información absolutamente relevante en función de la tarea que estemos realizando en ese momento (consciente).[cita requerida]

La existencia de neuronas espejo, da la capacidad de realimentar la información que procesan otras regiones metabólicas cerebrales, otorgando el poder de proyectar en el tiempo estos datos. Esto dota al humano de la capacidad de imaginar y especular con posibles futuros o cómo mejorar pasados desagradables. Solamente el humano tendría la capacidad de realimentar sus pensamientos según datos especulativos sobre cómo se podría sentir su semejante, tomando como base cómo él mismo se siente y si ese sentimiento es generalizado o personal. Sin embargo, la capacidad de predecir la conducta de otros organismos, y actuar en consecuencia, es fundamental para la supervivencia de todo organismo que tenga capacidad de movimiento voluntario, tanto para el ataque como para la fuga.[cita requerida]

El «yo» humano va más allá de los aspectos puramente de bienestar físico. Este es el fundamento de la teoría de la mente, postulado por Roger Penrose, y que junto a Stuart Hameroff trabajan conjuntamente en cómo emerge la conciencia a través de procesos cuánticos que interaccionan con el elemento más fino de la microbiología cuántica: el microtúbulo.[cita requerida]

mente humana

La evolución de la inteligencia humana es un grupo de teorías que intentan explicar cómo la inteligencia humana evolucionó. Esta pregunta se asocia estrechamente con la evolución del cerebro humano y el origen de las lenguas.

La cronología de la evolución humana alcanza siete millones de años, y empezó con la separación del chimpancé hasta la apariencia del comportamiento moderno, hace 50 000 años.

Las teorías de la evolución de la inteligencia son:

  • La hipótesis del cerebro social de Robin Dunbar[18]
  • La hipótesis de la selección sexual de Geoffrey Miller; véase la Selección sexual en la evolución del ser humano[19]
  • La competencia por dominar la ecología, que incluye la competición social y las carreras armamentísticas.[20]
  • La idea de inteligencia como una señal de buena salud y resistencia a las enfermedades.
  • La teoría de la selección en grupo propone que los caracteres biológicos del organismo que traigan beneficios a un grupo o población podrán evolucionar a pesar de la desventaja individual.
  • La idea de que la inteligencia se conecta con la nutrición y, así, con el estatus[21]​ un cociente intelectual más alto podría señalar que un individuo vive y ha venido de un ambiente físico y social en el que los niveles de nutrición son altos.

https://es.m.wikipedia.org/wiki/Mente

Pulsión (del francés pulsion, que a su vez proviene del latín pulsio y pulsum, derivados del verbo pulsāre: pujar, impeler) es un término que se utiliza en psicoanálisis para designar aquel tipo de impulso psíquico característico de los sujetos de la especie humana que tiene su fuente en una excitación interna (un estado de tensión percibida como corporal) y que se dirige a un único fin preciso: suprimir o calmar ese estado de tensión. Para lograr este fin, la pulsión se sirve de un objeto, el que sin embargo no es uno preciso, ni está predeterminado.[1][2][3]

Freud utilizó el término Trieb a partir de 1905 en sus escritos y pronto se transformó en uno de los conceptos técnicos fundamentales en los que se apoya el conjunto de la teoría psicoanalítica. Con él se designa la carga de energía que está en el origen, tanto del movimiento del organismo y su actividad, como de su funcionamiento psíquico inconsciente.[1]​Se denominan así pulsiones a las fuerzas derivadas de las tensiones somáticas en el ser humano, y las necesidades del ello; en este sentido las pulsiones se ubican entre el nivel somático y el nivel psíquico. Así como las pulsiones carecen de objetos predeterminados y definitivos; también tienen diferentes fuentes y por ello formas de manifestación, entre ellas: Pulsión de vida o Erospulsión de muerte o Tánatos, pulsiones sexuales, pulsión de saber, etc.

https://es.m.wikipedia.org/wiki/Pulsi%C3%B3n

Las pulsiones de vida ―en alemán, Lebenstrieb o Lebenstriebe, en singular y plural, respectivamente― y su contrapartida, las pulsiones de muerte ―en alemán, Todestrieb o Todestriebe―, son las dos categorías de pulsiones que Sigmund Freud diferenció en su obra Más allá del principio de placer (1920), en el contexto de su segunda tópica.

Empleo de los conceptos en Esquema del psicoanálisis

En Esquema del psicoanálisis (1940 [1938]), Freud distingue dos tipos de pulsiones fundamentales (Eros y pulsión de destrucción) y ubica dentro de la primera «la oposición entre pulsión de conservación de sí mismo y de conservación de la especie», es decir, la que media entre la pulsión de autoconservación y la pulsión sexual, «así como la otra entre amor yoico y amor de objeto»,[9]​ la cual stricto sensu no consiste en una oposición —sino, en todo caso, en una suerte de complementariedad— dado que el propio Freud establece en Introducción del narcisismo que narcisismo y amor objetal se nutren de las mismas fuentes y cuanto más se enriquece uno más se empobrece el otro.[8]​ Mientras que Eros pugnaría por constituir unidades de creciente complejidad (ligazón), su contraparte tendría por objeto la disolución de tales nexos y encontraría su fin último en la tarea de «trasportar lo vivo al estado inorgánico» —razón por la cual también es conocida como pulsión de muerte—, de tal suerte que esta se adecuaría perfectamente a la caracterización de las pulsiones como conservadoras, a la cual Eros parecería contraponerse. Los dos tipos de pulsiones se opondrían y combinarían entre sí para dar origen a las más diversas manifestaciones de la vida, no siendo inocuo el peso relativo de unas y otras en la mezcla de ellas resultante: para Freud, así como un amante bien podría convertirse en asesino con estupro como consecuencia de un incremento en la agresión sexual, un importante debilitamiento de esta lo sumiría en la impotencia.[10]

Originariamente la totalidad de la energía psíquica erótica o libido se encontraría concentrada en un yo-ello que no habría alcanzado aún la diferenciación interna y allí serviría al propósito de sofrenar el afán autodestructivo. El autor señala que no se dispone de un término comparable al de “libido” para denominar la energía de la pulsión destructiva,[11]​ si bien, para cuando el Esquema fue escrito, el psicoanalista austro-estadounidense Paul Federn y el italiano Edoardo Weiss ya habían propuesto, respectivamente, las denominaciones de mortido y destrudo para hacer referencia a tal concepto.[cita requerida] Las exteriorizaciones de la pulsión de destrucción no son demasiado manifiestas cuando esta, en calidad de pulsión de muerte, no se desprende del individuo y, en cambio, se vuelve evidente únicamente cuando es dirigida hacia afuera, tarea ejecutada a través del sistema muscular y considerada necesaria por el autor a los fines de la autoconservación. Importantes sumas de agresividad hallan otro empleo cuando, a partir de la instauración de la instancia superyoica, permanecen adheridas al propio yo, donde sacan a relucir sus virtualidades autodestructivas, hasta el punto de que resultaría insano o patógeno la retención de la agresión dado que la pulsión destructiva obstruida ejercería entonces sus efectos a partir del mecanismo de vuelta hacia la persona propia.[12]

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Tópica es un término que proviene de la palabra griega τόπoς (topos, «lugar»), y en psicoanálisis alude inicialmente a los «lugares» y luego a las «instancias» en que ocurren los procesos psíquicos.

https://es.m.wikipedia.org/wiki/T%C3%B3pica_(psicoan%C3%A1lisis)

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